Durante la semana del 24 de junio de 2024, 40 bancos chinos desaparecieron, un indicio claro de la gravedad de la situación. Desde principios de año, más de 2,100 bancos rurales, con activos valorados en 6.700 millones de dólares, han sido absorbidos por otras entidades. Esta ola de desapariciones y absorciones ha puesto al sistema bancario rural chino en un aprieto.