Los partidos benéficos en los que intervino Messi se gestaron en marzo de 2012 durante una cena en el restaurante El Rey de la Gamba, ubicado en el puerto de la capital catalana. Andrés Barco, considerado el presunto cabecilla de esta trama de blanqueo, se desplazó directamente desde Colombia a Barcelona para verse con el empresario argentino Guillermo Marín, responsable de la sociedad Imagen Deportiva, la que gestiona los partidos benéficos del astro argentino.