Hace 40 años, también coincidiendo con unos días festivos en Madrid, el Gobierno de Adolfo Suárez autorizó la legalización del Partido Comunista. Más allá de la circunstancia de que la decisión se anunciase cayendo la tarde de un día festivo, no se me ocurre una decisión más opuesta al escrito de conclusiones de la Abogacía General del Estado en el juicio abierto contra los responsables del desafío soberanista en Cataluña. Si la decisión de Suárez fue audaz y cambió el curso de nuestra transición democrática, la del Gobierno de Pedro Sánchez es