Cuenta la leyenda, que en las entrañas del Monte del Destino, se forjó un anillo para gobernarlos a todos, someterlos a la oscuridad, y atarlos a las tinieblas. La cultura woke, a día de hoy, se está convirtiendo en el mismo anillo [...] De este modo llegamos a la cultura de la cancelación, donde muchos miembros del movimiento woke, aunque también haya bien intencionados, se nombran a sí mismos “Sheriffs” de las redes, de la oficina, del barrio o hasta del supermercado, imponiendo muchas opiniones y aceptando pocas de la fila contraria...