Teniendo en cuenta este crucial asunto, los investigadores chinos extraen un ARN SIN PRUEBA ALGUNA DE QUE SEA DE UN NUEVO VIRUS. Posteriormente, sacan fragmentos del ARN –repito, fragmentos- del cultivo y, mediante complejas técnicas de tratamiento informático genético, lo van amalgamando a otros materiales genéticos. Tal cual. Léanlo. Y van "rellenando huecos" para poder obtener la secuencia del nuevo coronavirus. En esos “boquetes” de la secuencia genética, absoluta manipulación. Delincuencia intelectual. Anticiencia.