Por fin. Más de dos décadas y media y un presupuesto disparado de 9.700 millones de euros, el telescopio James Webb, llamado a ser el sucesor del mítico Hubble, está de camino a su órbita en el espacio. Un recorrido de 1,5 millones de kilómetros hasta el punto de Langrange 2, donde nos ofrecerá una visión totalmente nueva del Universo: desde nuevos y exóticos exoplanetas nunca vistos hasta las primeras luces de estrellas y galaxias recién nacidas hace 13.500 millones de años. Un camino que, pese a los múltiples retrasos que ha sufrido en la última década, partió puntual, a las 13.20 hora española desde la Guayana Francesa, en un despegue limpio, sin incidencias. Pero este es solo un primer paso de una suerte de 'danza' de despliegue que durará dos semanas y que mantendrá en vilo a todo el equipo detrás de esta misión.