La iglesia románica de San Nicolás, en Soria, del siglo XIII, es hoy en día poco más que una ruina que, sin embargo, contiene un raro fresco clave para entender la historia de Inglaterra. Becket, santo de las iglesias católica y anglicana, era arzobispo de Canterbury y se opuso a las reformas legales que quitaban poder al clero. En concreto a una ley que llevaría a los religiosos que cometieran delitos civiles antes tribunales civiles. Mientras rezaba en la catedral de Canterbury, Becket fue apuñalado por un grupo de caballeros fieles al rey.