Es la historia de Michael, un abogado que decidió comprar un paquete de cartas de Beta y lo abrió por accidente para verificar su autenticidad. Para su sorpresa, le tocó el premio gordo. Cuando compras un sobre de Beta, obviamente no hay garantía alguna que te asegure que encontrarás una de las cartas más codiciadas por los coleccionistas y que recibirás una cantidad igual o superior a la invertida, así que un paquete de cartas malas vale mucho, mucho menos que el precio del paquete sin abrir. Si decides abrirlo y no hay nada, pierdes dinero.