Pueden medir entre cinco y ocho metros de longitud y superar la tonelada y media de peso, más o menos como un hipopótamo de tamaño medio. Aun así, las colosales mantas gigantes, también llamadas mantarrayas (Mobula birostris), son tremendamente gráciles y elegantes. Se desplazan de forma silenciosa flotando sutilmente a través del océano y, al avanzar, filtran el agua con ayuda de los dos grandes apéndices que tienen a ambos lados de la cabeza.