La próxima entrega de un submarino ruso de ataque de la clase Akula II, de propulsión nuclear, puede suponer un notable refuerzo de las capacidades navales indias, siendo a la vez un escaparate de primer orden para la industria de defensa rusa, elemento clave para la consolidación de Moscú en Asia-Pacífico, la gran asignatura pendiente del recientemente reelegido Putin. Rusia no puede aspirar a ser una gran potencia si no refuerza su presencia en una zona económica clave, evita una influencia excesiva china en su patio trasero, y desarrolla de