En países como Estados Unidos, Alemania, Austria y algunas provincias de Canadá, la gente es remunerada por donar sangre y el negocio está en auge. Hay, de hecho, un mercado mundial de miles de millones de dólares por la venta de plasma. El plasma se puede vender a nivel global porque, a diferencia de la sangre, tiene una larga vida útil. La sangre entera se mantiene refrigerada y debe usarse dentro de un límite de 42 días. El plasma, en cambio, puede almacenarse hasta por 10 años, siempre y cuando permanezca congelado