La Última Cena que Jesús compartió con sus doce apóstoles en Jerusalén antes de ser crucificado (según un estudio de la Universidad de Cambridge, aquel encuentro se produjo un 1 de abril del año 33 d. C.) aunó pan y vino por doquier. Esta bebida ha acompañado a las diferentes civilizaciones a lo largo de la historia desde que Noé, tal como cuenta la Biblia, plantase una viña después del paso del diluvio.
Ahora, casi dos mil años después, la familia Valdelana trabaja en recrear ese vino que tomó Jesucristo con sus discípulos.