El mundo está cambiando. Y el mundo estaba cambiando también cuando Adriano ascendió al trono imperial en el año 117. Su antecesor, Trajano, había llevado las fronteras romanas hasta los confines de Europa oriental. Así funcionaba, en definitiva, la economía romana, a base de someter nuevos territorios militar y políticamente, para apoderarse de sus recursos, darles valor y enriquecerse el Imperio con todo ello. Un modelo financiero de base productiva esclavista, que requería reabastecerse a partir de la conquista de nuevos territorios.