El mundo entero vive estos días ahogado por una orgía de cifras millonarias que se evaporan o se invierten a causa de la mayor crisis financiera de la historia. Sin embargo, hay otros millones, que tienen rostro, nombre e historia y que también son arrastrados por la vorágine de la recesión. Exactamente los de los 90 millones de personas que entrarán este año en la extrema pobreza (menos de un 1,25 dólares al día, o casi un euro), a causa de la crisis y que pasarán a engrosar la extensa marea humana que conforma este colectivo.