Pocos elementos tan tristemente representativos de la era contemporánea como los campos de concentración. Desde hace más de dos décadas, los arqueólogos se han unido a los historiadores para estudiarlos en profundidad y no de manera metafórica. Lo hacen mediante excavaciones, prospecciones y estudios geofísicos. Se han explorado así campos nazis como Mauthausen y Dachau, en Alemania, y campos comunistas en Rumanía, por ejemplo, Galesu y Poarta Alba. Relacionada:
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