La Guerra Civil fue un desastre mayúsculo para la población española, a excepción de un puñado de privilegiados del bando vencedor. En el plano humanitario, el volumen global de pérdidas humanas se sitúa, según las últimas investigaciones, entre un mínimo de 651.000 y un máximo de 735.000 muertos en todas sus categorías —combates, bombardeos, represión en la retaguardia, hambrunas o enfermedades—, lo que representa entre el 2,63% y el 2,97% de los habitantes registrados en 1936. A ello cabría sumar un desplome de la tasa de natalidad —