No somos héroes, pero merecemos respeto. No necesito aplausos, necesito un salario y, sobre todo, unas condiciones dignas, con tiempo para dedicar a los pacientes más frágiles. Ahora mismo estamos desbordados, agobiados, tristes y enfadados. Nos resignamos porque nadie hace nada para que podamos atender en condiciones. Me dedico a la burocracia, no a atender pacientes. Es muy frustrante para nosotros no poder dedicarles el tiempo suficiente a los pacientes que más lo necesitan mientras nos abruman con trabajo burocrático...