Hoy en día apenas usamos el plomo en nuestra vida diaria porque conocemos sus efectivos nocivos, pero, en el pasado, este metal tenía todo tipo de aplicaciones gracias a su gran resistencia a la corrosión, su maleabilidad y a que se funde sólo a 330ºC. De hecho, estas mismas propiedades lo convertían en el material idóneo con el que fabricar las láminas metálicas para impermeabilizar techos. Ahora bien, encontrarse bajo un techo repleto de un metal muy denso que se funde a una temperatura baja entraña ciertos riesgos...