Cerca de 150 delfines de cabeza de melón quedaron varados en una playa de la localidad de Hokota, en la prefectura de Ibaraki, a 100 kilómetros al noreste de Tokio, donde los habitantes y los guardacostas intentaron, desesperadamente, darles auxilio. Varios presentaban profundas heridas. Otros, ya muertos, fueron enterrados por los residentes. El Ayuntamiento no pudo proporcionar ningún balance. "Normalmente, uno o dos cetáceos se quedan varados cada año, pero esta es quizá la primera vez que encontramos a más de 100", declaró un guardacostas