Linda Burfield tampoco es una mala candidata para esta lista, porque aunque técnicamente no fue médico, ni estudió medicina, obtuvo una licencia médica y abrió una clínica. Eran otros tiempos, a principios del siglo XX. Con su licencia se presentaba como doctora y creadora de un tratamiento que ha vuelto a ponerse muy de moda, el ayuno intermitente. No vamos aquí a cuestionar sus beneficios, que pueden ser fisiológicos, pero no es un tratamiento médico, y ese fue el problema de Burfield.