El domingo pasado, Gallardón aseguraba en las páginas de La Gaceta que no volvería a pedir a su jefe de filas, Mariano Rajoy, que le incluyera en las listas al Congreso. Cinco días después, reclama su presencia en la Cámara Alta escudándose en las competencias consistoriales. "No tiene sentido", ha ejemplificado, "que yo sea miembro de la cámara territorial de Europa, con voz y voto en el Comité de las Regiones, y no tengamos voz ni voto en la cámara de representación territorial española".