Que desfilen los tanques por Cataluña. Que desfile como apremio de amor, de pertenencia y respeto a la patria, de su pueblo, de su territorio, de su historia, de su cultura y de su proyecto común. Que desfilen los tanques por Cataluña porque esa debería haber sido la loable prioridad del Gobierno tras el ataque terrorista que dejó 17 muertos en Barcelona y Cambrils, en lugar de esconder tras la palabra "prudencia" su temor a la ofensa de los que separaban muertos entre catalanes y españoles.