Más de un millón seiscientos mil niños y niñas viven en hogares donde sufren las consecuencias de la violencia de género que ejercen sus padres sobre sus madres, son datos de la Macroencuesta de 2019. El impacto de la violencia de género sobre los hijos e hijas es profundo. Produce alteraciones en el plano físico y psicológico que, además del daño que ocasionan, actúan como el “mejor aprendizaje” para reproducir la violencia en el futuro. Llamar a atención sobre esta realidad no solo es necesario, sino que, además, es una responsabilidad.