Desde 2011 la mutilación genital femenina (MGF) está prohibida en Kenia, y sin embargo, supo Christine Ghati Alfons, eso les sucedió a las ocho niñas que faltaron a su clase de higiene menstrual a finales de diciembre en la comunidad de los Kuria en el condado de Migori, un área rural al sudoeste del país. De las 25 asistentes de entre 10 y 15 años que esperaba, sólo se presentaron 17: las otras ocho habían sufrido “el corte”, como se conoce a esa forma de violencia contra las mujeres; dos habían sido, además, casadas a continuación.