En la sala del sindicato donde se apilan las montañas de donaciones, una treintena de personas trabajan separando los artículos para formar paquetes de alimentos. Muchos de ellos llevan camisetas negras donde, en letras blancas, se lee: "Los funcionarios y la población no van a pagar por la crisis". "Ponemos arroz, café, judías..., productos de higiene para amortiguar el sufrimiento y la angustia de nuestros colegas. Todos aprobaron sus oposiciones y se encuentran en esta situación humillante" lamenta Silvana Soares, una funcionaria.