La Decisión 787 de la UE estableció allá por finales de 2010 que los pozos y minas de carbón no competitivas tendrían que cerrar, a lo sumo, el 31 de diciembre de 2018. Es decir, las que continuaran tendrían que hacerlo sin ayuda, por lo que en Asturias, teniendo en cuenta los elevados costos que suponía la extracción del mineral, se daba por finiquitada la minería. Sin embargo, la minería del carbón, aunque es un sector casi extinto, sobrevive hoy por hoy en Asturias y lo hace con dos minas privadas y una pública en funcionamiento.