Madre patria”, “Madre patria”... Qué de recuerdos le trae a uno el hermoso título de tu hermoso libro. Recuerdos de niñez, de colegio... Recuerdos de juventud... No, de juventud no. Ya entonces la palabra empezaba a desaparecer de nuestro acervo. Poco a poco, la idea misma de patria fue quedando envuelta en el rancio polvo del desprecio. Hasta que la madre y la patria desaparecieron del mapa. Nadie hoy pronunciaría en España semejantes palabras. Y en esa América hispana a la que, para no llamarla así, la llaman —o peor: la llamamos— “latina”,