Las “tierras raras” son ese grupo de elementos químicos con nombres exóticos del que depende el universo tecnológico que hemos generado en la Tierra. Hasta ahora no podíamos concretar dónde ni cómo se producían. Pero al fin acabamos de ver su origen: el colosal momento estelar que da lugar a elementos más pesados que el hierro, que son hoy el centro de la geopolítica, del desarrollo tecnológico, de las energías renovables, del teléfono móvil, del ordenador desde el que escribo.