A lo largo de los años, el tribunal supremo de los Estados Unidos ha ido alterando considerablemente su interpretación de la constitución. Es fascinante ver cómo un mismo texto, que apenas ha sufrido reformas en sus más de doscientos años de historia, ha sido leído como algo que permite el aborto y lo prohíbe, o dice que hay un derecho individual a tener armas de fuego o lo niega, permite limitar el derecho a voto a millones de personas por su raza o lo prohíbe, o considera aceptable segregar la sociedad según el color de piel o no.