La cápsula de la sonda japonesa Hayabusa 2 aterrizó en Australia en diciembre de 2020 con 5,4 gramos de material extraterrestre procedente de Ryugu. Puede no parecer mucho, pero gracias a las modernas técnicas actuales se pueden sacar muchas conclusiones de una cantidad tan pequeña. El último de los resultados publicados confirma lo que ya sospechábamos: que muchos asteroides son ricos en materia orgánica compleja, incluyendo uracilo, una nucleobase del ARN. Este descubrimiento refuerza la hipótesis de que favorecen la aparición de la vida.