Tiene gracia. La misma semana en que Netflix estrena El cuerpo en llamas, la Fiscalía solicita que no se admita a trámite la querella por agresiones sexuales a activistas en el marco de las operaciones de espionaje policial destapadas en los movimientos sociales en Barcelona. Aunque en realidad, gracia, tiene poca: mientras la primera historia, una ficción sobre un caso verídico de asesinato, se convierte en un true crime que arrasa en audiencias, la segunda, que también es un caso real digno de película con varios delitos que sacar a la luz.