Esta repulsiva campaña contra la okupación, a la que se quiere criminalizar de cara a la opinión pública, busca ocultar el grave problema de la vivienda. Se pretende que personas humildes observen como un criminal a aquel, todavía más necesitado, que se ve obligado a okupar una vivienda para sobrevivir. Lo de siempre, lanzar al que tiene poco contra el que no tiene nada.