Las mujeres han sido históricamente ocultadas e infrarrepresentadas en la narrativa marítima. Llenas de epopeyas, las grandes novelas relacionadas con el mar y los océanos han sido dominadas tradicionalmente por hombres, relegando las figuras femeninas a un papel anecdótico. El protagonismo de las mujeres se ha limitado tradicionalmente al nombre de las embarcaciones, al recuerdo de un amor imposible en tierra firme o a personajes mitológicos —y sexualizados— como las sirenas.