El CETME-L no estuvo a la altura de la reputación de sus predecesores. Propenso a la corrosión, frágil, tenía una desafortunada tendencia a sobrecalentarse en modo ráfaga, lo que reduce la precisión, y a tener cargadores defectuosos. De ahí la decisión del Ministerio de Defensa español de deshacerse de ellos y almacenar 25.000 fusiles por precaución. En 2014, Madrid se planteó ceder parte del stock de CETME-L a las fuerzas kurdas que luchaban contra el Estado Islámico [EI o Daesh] en el norte de Irak. Esta propuesta, no tuvo continuidad…. Sea