En la jerga popular colombiana, en cuestiones de enfrentamientos y disputas es muy común usar palabras de alto calibre con el único propósito de ofender y humillar al adversario. Muchas veces no es necesario llegar a los golpes o al ataque físico, si se puede usar un arma más letal como la lengua... si, ese músculo que nos permite degustar los más deliciosos y variados sabores, en nuestra idiosincrasia, también es culpable de ayudar a pronunciar los insultos más ofensivos que aquí les recreamos con sus peculiares significados.