Existe una vieja idea, de que el ritmo de la historia lo marca un tira y afloja entre la izquierda y la derecha, donde la primera tira hacia la expansión de los derechos en esferas cada vez mayores (de los ciudadanos con propiedad a los que no la tienen, luego a las mujeres, los extranjeros, los LGTBI, pronto a los animales, etc.), hacia la generalización progresiva de las condiciones materiales para la libertad e igualdad, y hacia la mayor riqueza colectiva, mientras que la derecha ejerce como contrapeso o freno de estas tendencias.