El primer ministro húngaro, Viktor Orban, criticado por cerrar sus fronteras para impedir la entrada de migrantes y refugiados, ha afirmado que dar "la impresión de que estamos dispuestos a aceptar a todo el mundo" sería un "error moral". Orbán ha asegurado además que la crisis de los refugiados es un problema alemán, no europeo, y ha sugerido que su religión musulmana pone en peligro la cultura cristiana europea. La fuente original es esta columna en un diario alemán:
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