«La pérdida de vitalidad, el deterioro, la cantidad ingente de locales cerrados, la avanzada edad de los viandantes y la antigüedad de los automóviles» son estampas de esta decadencia. Las predicciones del Ayuntamiento de León fueron equivocadas, en parte porque sus políticas han sido erráticas. «La magnitud del retroceso», que destaca por encima de otras ciudades en España, se debe también «a las reconversiones minera, industrial y rural, la excentricidad respecto a los corredores de crecimiento, el aislamiento y la débil articulación regional