INVADIDA por los Cien Mil Hijos del Yihadismo que Occidente quiso ver como rebeldes, el legítimo Gobierno de Damasco, con sus fronteras desguarnecidas con Turquía, Iraq, Líbano y Jordania y tras cuatro años de preservar a la Siria útil de los zarpazos del terrorismo, no abandonó a la emblemática Alepo sino que se atrincheró para resistir semejante embate.