Las personas que recogen la denuncia explican que la piedra, con un peso estimado de 14 toneladas --según sus estimaciones--, "rodó descontroladamente monte abajo hasta llegar a los 215 metros del límite de las obras", justo debajo de la explosión que voló por los aires el Coto do Mouro, según señalan. La piedra, que destruyó retamas de hasta cuatro metros de alta "como si fuesen paja". La piedra, dicen, atravesó hasta dos caminos de monte, "supuestamente durante la dinamitación coto, de la que no hubo preaviso a los vecinos".