Admiro la clarividencia que tienen Equo, Ganemos y los denominados grupos ecologistas, plataformas antinucleares, etc., para conocer las necesidades, los problemas, las aspiraciones y los deseos de los habitantes del oeste salmantino, aunque en sus movilizaciones apenas si aparecen habitantes de la zona. Por eso, no comprendo su oposición a ultranza a la mina de Retortillo y que estén dispuestos a que se gasten en “abogados más que la empresa Berkeley en ingenieros” para que la mina no salga adelante, según sus propias palabras.