«Hay padres que compran animales silvestres a sus hijos. Una cotorra o un canario, por ejemplo, entonces los niños piensan que está bien tener animales silvestres en la casa. Normalizan esa práctica, cuando lo que tenemos que hacer es educarle a la gente y mostrarle que es mejor que las aves estén libres, en su hábitat natural y no en las jaulas, que son cárceles para ellas«, señaló la bióloga y divulgadora Fátima Ortiz, que también se dedica a la divulgación de las ciencias naturales.