A mediados del XX una perturbadora posibilidad inquietó a cierto sector del mundo académico. ¿Qué pasaría si, por lo que fuera, un día, de repente, vieras todo lo que te rodea al revés? ¿Podrías acostumbrarte a esta nueva y singular forma de percibir el mundo y, en caso de hacerlo, cuánto tardarías en acostumbrarte?