Para intentar anticipar el comportamiento de compra y consumo de comida rápida se puede aplicar la teoría del comportamiento planificado, que considera que las intenciones y los comportamientos de consumo se basan en tres determinantes: uno de naturaleza personal, otro que refleja la influencia social del entorno, y el último, relativo a la percepción de control y a la facilidad o dificultad percibida de realizar la conducta.