El coste de mantener relaciones sexuales con estas muñecas, es más elevado que muchos “servicios” con mujeres reales. Hay quien piensa que se trata solamente de juguetes sexuales funcionalmente diseñados para cumplir las fantasías insondables de los clientes argumentando que, de esta manera, se evitaría la degradación que se produce en el ejercicio de la prostitución; sin embargo, esto no deja de ser la confirmación de que existe violencia real hacia las mujeres prostituidas ¿Si no existiera tal violencia harían falta este tipo de burdeles?