El edificio ministerial lucía así, exactamente, a la 1.18 de aquel día. Y como se puede ver, no queda apenas un solo despacho, de arriba abajo en todo el complejo, que no estuviera funcionando a esas horas a pleno rendimiento energético, que de eso va la cosa dentro de esa magna casa. Desconocemos los motivos para tal derroche de iluminación, cuya factura recaerá en todos los sufridos consumidores, pero lo que sí parece indicar la imagen es que, lo de las bombillas de bajo consumo, no parece estilarse como marca de la casa.