El país pide ayuda a la Unión Europea. La presión migratoria crece a un ritmo imparable. Sólo en los seis primeros meses de este año, las autoridades han detenido a 57.000 personas, más del total de los que lograron llegar en 2004. La mayoría procede de países como Pakistán, Afganistán, Bangladesh, Irak o Turquía y del norte de África. El viaje está controlado por las mafias que les cobran miles de dólares.