Ellos fuman y hacen respirar a los demás su humo de forma pasiva. Por cada diez cigarrillos de un fumador el pasivo es como si fumara tres, causando enfermedades y muerte, además de infectar el coronavirus. Un fumador tiene derecho a fumar, pero no obligar a los demás a tragar su humo. El fumador es un enfermo adicto a la nicotina, que no expresa su libertad de acción, sino su falta de voluntad a la esclavitud de fumar. Por estas razones, por consideración a los demás, por respeto y por solidaridad ante el sufrimiento, fumar es inmoral.