El Adamello, el glaciar más grande de los Alpes italianos, muere poco a poco por el calentamiento global. Los científicos le dan menos de un siglo de vida. "Desde finales del siglo XIX, perdió unos 2,7 km. En los últimos 5 años tuvo una pérdida promedio de 15 m/año, pero sólo en 2022 perdió 139 metros ese año", dice Cristian Ferrari, presidente de la Comisión Glaciológica de la Sociedad de Alpinistas Tridentinos. Como otros glaciares, sufre menos nevadas (50% menos en 2022) y más calor. Este verano casi se llegó a 0°C a 5.000m en los Alpes.

El aumento de lluvia y derretimiento de glaciares podría exacerbar los peligros bajo la superficie, como terremotos y erupciones volcánicas. Los geólogos han identificado una relación entre tasas de lluvia y actividad sísmica: en Himalaya el 48% de los seísmos ocurren en 3 meses secos previos al monzón, y solo el 16% durante el monzón: el peso de hasta 4 metros de lluvia comprime la corteza, estabilizándola. También se ha encontrado correlación entre cambios de carga glacial en la corteza terrestre y la aparición de actividad volcánica.

Sin embargo, la mayor preocupación es el cambio climático que está derritiendo el glaciar Mendenhall, el cual ha retrocedido tan rápidamente que en 2050 podría dejar de ser visible desde el centro turístico al que antes asomaba.

El Aneto es un indicador emblemático. Al mayor glaciar de los Pirineos, situado en el macizo español de la Maladeta, no le queda mucho tiempo de vida. Estas son las conclusiones de una expedición científica y de un estudio publicado por el observatorio climático europeo Copérnico el pasado martes 8 de agosto. En los últimos 41 años, la superficie total de hielo del Aneto ha disminuido en casi un 65% y el espesor del hielo se ha reducido, en promedio, en 30 metros.

La campaña Montaña Segura ha querido mostrar el riesgo que se corre atravesando la masa de hielo, por donde todavía pasan algunos montañeros a pesar de las advertencias.

Las inundaciones fluviales récord han destruido al menos dos estructuras en Juneau, Alaska, y han provocado evacuaciones locales después de que un repentino estallido de un lago bordeado por un glaciar inundara la región, dicen los funcionarios.

El deshielo de un glaciar en la estación de esquí de Zermatt (Suiza) deja al descubierto a un montañero desaparecido desde 1986. La prueba de ADN confirmó que se trata del cuerpo de un escalador alemán que desapareció hace 37 años. El Theodul, como otros glaciares de los Alpes, ha mostrado un marcado retroceso en los últimos años, lo que está permitiendo que aparezcan otros cuerpos de personas desaparecidas e incluso restos de una avioneta que se había estrellado décadas atrás.

Cuando hace 12 años un grupo de investigadores estudiaba el glaciar de La Paúl, no podía presuponer un final tan cercano, teniendo en cuenta sus 40 metros de espesor. Sin embargo, tras la última campaña de control realizada este otoño, esos mismos científicos han certificado su desaparición. Se cae así de la lista una de las últimas 19 masas de hielo del Pirineo aragonés, reconocidas como Monumento Natural. El resto seguirá el mismo camino, a causa del cambio climático, algunos sin tardar muchos años.

La liberación repentina y el desprendimiento de una masa de hielo de un glaciar o iceberg a menudo provoca grandes olas alrededor del área y puede resultar en un "disparador", que es una gran parte de la parte sumergida del iceberg que sale a la superficie sobre el agua. El hielo que se desprende se puede clasificar como un iceberg. La entrada del hielo en el agua provoca olas grandes y, a menudo, peligrosas.

A diferencia de otros glaciares que están unidos a tierra firme, Thwaites está anclado en el lecho marino. Esto lo que lo hace incluso más vulnerable al calentamiento de las aguas derivadas del cambio climático. Representa nada menos que el 4% del aumento anual del nivel del mar. Si bien no está claro cuándo este glaciar clave colapsará y cómo esa transformación afectará a los océanos del mundo, los expertos describen sus consecuencias como "existenciales". La realidad es que ya se está derritiendo. Y mucho más rápido de lo esperado.