Después de cuatro días de ser la diana de la ira de los barceloneses, la polémica estatua decapitada del general fascista Francisco Franco que la alcaldesa Ada Colau impuso en el Born, ya está en tierra. Un grupo de ciudadanos ha tirado la efigie franquista después de recibir pintura, botellas de cerveza, una puerta de balcón, huevos y otros elementos que muestran el ensañamiento de los barceloneses contra la “contextualización” que el Ayuntamiento de Barcelona ha realizado del franquismo en el Centre Cultural el Born,